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2 pasos para tener éxito en la inversión inmobiliaria en 2020

Tener éxito en la inversión inmobiliaria no es cuestión de suerte, como lanzar los dados. Por el contrario, se basa en una metodología, que si se aplica correctamente conduce a resultados extraordinarios. Este 2020 aparecen nuevos retos y oportunidades, ¿cuáles son algunos de esos pasos clave que debes seguir si quieres invertir en bienes raíces de manera efectiva y con resultados satisfactorios?

1. Digitalízate

La revolución digital llegó a nuestras vidas para quedarse, y nos facilita mucho el día a día en muchos sentidos. Las redes sociales, las compras en línea, la reserva de vacaciones, la posibilidad de hacer un curso online, el pago de facturas y demás.

En el mundo de la inversión inmobiliaria también se puede lograr una mayor eficiencia gracias a la tecnología e Internet. Este 2020 automatiza al máximo los procesos digitalizando al máximo, y verás que tu productividad mejora, lo cual tiene impacto directo en la rentabilidad de tus inversiones inmobiliarias.

Digitalizar te permite:

  • Agilizar procesos
  • Ahorrar dinero y tiempo
  • Reducir espacio de almacenaje
  • Mejorar la fluidez en las comunicaciones
  • Ser más amigable con el medio ambiente

2. Cambia tu mentalidad

La mentalidad es uno de los frenos fundamentales para triunfar como inversionista, y es lo primero que debes cuestionarte. Las ideas preconcebidas sobre ti, tu trabajo, el dinero, etc. pueden ser un lastre que te impida ser creativo, ver oportunidades, medir los riesgos convenientes, aceptar las deudas adecuadas y demás. Incorpora un paradigma de pensamiento positivo y enfocado, si quieres tener éxito en inversión inmobiliaria.

En aspectos objetivos como el costo de una propiedad, el ROI, el cap rate o los dividendos utilizamos la lógica, la deducción, los datos empíricos… Podemos hablar de certezas si tenemos toda la información sobre ello. En cambio, entramos en el plano de las creencias cuando no tenemos todas las variables, o cuando abordamos temas que no son objetivables. En ese caso, juega un papel fundamental la actitud y la predisposición a centrarse en unos aspectos u otros.

Se habla de creencias limitantes cuando los pensamientos acerca de algo de lo cual no tenemos toda la información afectan negativamente a nuestra capacidad de hacer frente a la situación, sacando lo mejor de nosotros y de los recursos que tenemos. En cambio, las creencias potenciadoras son aquellas que liberan lo mejor de las personas en cualquier circunstancia.

Algunas de las creencias limitantes más comunes son:

“Gasto más de lo que gano, no puedo ahorrar.”

“Soy demasiado mayor, ya es tarde para mí”.

“No tengo tiempo.”

“No nací en cuna de oro.”

“No tengo las redes de contacto.”

“Los ricos son todos corruptos”.

“No soy capaz.”

“No tengo talento.”

“Tengo mala memoria.”

“No sirvo para esto.”

“La culpa es del gobierno.”

“Los demás no me comprenden.”

“La deuda es mala.”

“Las tarjetas de crédito se aprovechan de mí”.

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